Cuando hablar puede costar la muerte

En ocasiones es mejor estar callado y pasar desapercibido que abrir la boca y que te la cierren para siempre. Aunque, como en este caso, quizás el honor sea lo primero y merezca la pena correr riesgos. Lo que sí parece claro es que al general Pavel Ponedelin no le fue muy bien hacerse notar.

Este hombre del ejército soviético había nacido en 1898 y su carrera militar fue brillante, con un buen número de responsabilidades, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Durante este conflicto, Stalin dio una orden a todo su ejército que se podría resumir en la siguiente frase: “ni un paso atrás”. Aquel que se retiraba o que sencillamente no se encontraba en su puesto de combate, donde debía estar, era condenado a muerte.

En 1941, el general Ponedelin tenía bajo su mando al 12º ejército soviético y fue condenado a muerte por no encontrarse en el puesto en que se consideraba que debía estar en un determinado momento de la guerra. Pero cayó prisionero y así estuvo, preso, hasta 1945, cuando finalizó de la guerra. Cinco años después, en 1950, conociendo la condena que pesaba sobre él y a pesar de que hasta el momento no se había «ejecutado» y de que al parecer nadie se había preocupado mucho de la misma, envió una carta. Aquel escrito, dirigido a los responsables soviéticos, era un protesta por su condena y defendía su inocencia con respecto a aquello de que lo acusaban. Al saber de su existencia y de que seguía con vida, el gobierno de Stalin ordenó la ejecución de la condena, es decir, la muerte del general. En 1956, desconozco si porque era inocente o por otros motivos, cuando llevaba seis años muerto, fue rehabilitado.

Fuente: La tormenta de la guerra, de Andrew Roberts

3 comentarios en “Cuando hablar puede costar la muerte”

  1. En fin, es que hay personas que no pueden estar calladitas. Pero el también supongo que pensaba en lavar su honor o salir indenne o algo así, a lo mejor la culpa fué del abogado, ahora lo de rehabilitarlo después de seis años, es como " a burro muero la cebá al rabo" que es algo que dice mi madre muchas veces.
    Con respecto a la frase"En ocasiones es mejor estar callado y pasar desapercibido que abrir la boca y que te la cierren para siempre". yo digo esta otra " es mejor callar y parecer tonto, que abrir la boca y despejar toda duda".
    Que tenas un feliz día.

  2. Jota, ¡qué buena la del burro muerto! Creo que fue un tema de limpiar su nombre. Si esa fue su intención, descansará tranquilo, se hizo justicia aunque fuera de modo póstumo.

    Saludos

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