Scheweppes y la tónica

Hace ya un tiempo que les conté el origen del gin-tonic, cuyo uno de sus principales componentes es la tónica. Y sobre esta parte del coctel es sobre la que trata esta curistoria.

En 1740 llegó a este mundo, en Alemania, Johann Jacob Scheweppe, que tendría una contribución clave al desarrollo empresarial y al consumo del agua carbonatada, predecesor de la tónica. En 1765 se estableció en Geneva, donde trabajó como joyero y relojero hasta que, en 1783, fundó Scheweppes, añadiendo en el nombre de la empresa una “s” a su propio apellido. Entonces se creía que el dióxido de carbono añadido a la bebida tenía propiedades medicinales. Él fue el primero en crear un sistema de fabricación «industrial» de este tipo de bebida, el agua carbonatada, usando los trabajos de Joseph Priestley.

Dejó Ginebra para explotar su negocio en Londres, junto con algunos socios, ya que creía que allí le iría mejor. Después de varias idas y venidas empresariales la suerte se puso de su lado. El abuelo de Charles Darwin, Erasmus, un hombre importante entonces, comenzó a hablar del producto y consiguió que se fuera popularizando. Unos años después, el propio rey de Inglaterra, William IV, era consumidor del producto de Scheweppe y esto acabó por hacer de la bebida un producto popular. El agua carbonatada había triunfado.

Scheweppe murió en 1821, pero su empresa siguió funcionando. Unos años después la empresa introdujo una variante en sus productos, la tónica, que, como ya vimos cuando hablamos del origen del gin-tonic, era consumida por el ejército británico por tener quinina y servir de medicina, esta vez sí, contra la malaria. El nuevo producto facilitó la vida a los soldados, que entonces se hacían la mezcla de quinina ellos mismo.

Por último, otra curiosidad sobre Scheweppes. En 1912, cuando se hundió el Titanic, se llevó al fondo del océano con él algunas botellas de tónica de Scheweppes.

8 comentarios en “Scheweppes y la tónica”

  1. Mi padre, Vitike, siempre fue fiel a la tónica Scheweppes y no aceptaba otras marcas; al beberla le agradaba muchísimo el sabor amargo de la quinina de su composición porque le recordaba su infancia, cuando de pequeño había sufrido fiebres palúdicas y su madre lo trataba precisamente con quinina. Era de esos sabores asociados a momentos felices de la vida que quedan archivados en el disco duro de la memoria.
    Mil saludos.

  2. La historia de la tónica radica mucho mas atrás, siempre he leído que la historia de la tónica radica en el descubrimiento de la quinina como remedio contra la malaria, allá por el S. XVI. Aunque cuando alguien va a comprar ginebra o a comprar tónica van pensando en disfrutar de un buen momento gin más que en mejorar alguna dolencia.

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