Secretos de espionaje en una biblioteca

Stella Rimington es hoy una escritora británica, pero entre 1992 y 1996 fue la directora del MI5, el servicio secreto “nacional” de Inglaterra. Fue la primera mujer en alcanzar ese puesto, y, por supuesto, llegó ahí después de muchas otras misiones y tareas.

En 1974 ya tenía cierta experiencia en el mundo del espionaje y se ocupaba de tareas de contrasubversión, contraterrorismo y contraespionaje. Sus principales objetivos eran agentes soviéticos que trabajaban en Londres. Parte de su trabajo consistía en descubrir las actividades extrañas de los agentes enemigos para que el gobierno pudiera expulsarlos del país.

Según parece, descubrió que los agentes rusos hacían muchas visitas a algunas bibliotecas donde pasaban horas copiando textos y fotocopiando libros. Por supuesto, todo ello de acceso público. Después, los propios agentes ponían el sello de “secreto” en el texto y lo chutaban a su país a través de buzones muertos y otros métodos de intercambio de información.

Como en el mundo del espionaje todo es dudoso y los rusos no eran los más atrasados de aquel momento en ciencia y tecnología, lo que podían sacar los espías de los libros. Por ello no tengo yo muy claro si era una tetra de algunos agentes rusos para vivir del cuento en Londres o si Rimington había sido descubierta y hacían estas cosas para engañar al MI5. A saber.

Fuente: Al Servicio de Su Majestad, de Gordon Thomas

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