Louis Pasteur fue un químico francés que nació en 1822 y que destacó en diversos campos. A él debemos la pasteurización, que han explicado los anuncios de leche y similares en televisón y que todos conocemos.
Pasteur fue nombrado decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lille en 1854. Esta universidad se enclava en una zona vinícola, e influido por el entorno nuestro hombre comenzó a investigar los problemas que tenía la producción del vino. Con el paso del tiempo el vino se agriaba fácilmente y esto provocaba considerables pérdidas económicas a la región. Pasteur comparó los posos del vino sano y del picado y detectó que ambos contenían células de levadura, pero que la forma de estas células era distinta. Por lo tanto, había una clase de levadura que estropeaba el vino. La solución: eliminar la levadura del vino.
Para hacerlo, calentó suavemente el vino hasta cerca de los 50 grados centígrados, y una vez hecho esto, si se sellaban las cubas para evitar nuevas «contaminaciones», el vino no se agriaba.
Cuando explicó el método a los productores de vino, estos se opusieron a calentar su producto, ya que les parecía una auténtica herejía. Pasteur se vio entonces obligado a hacerlo él mismo con unas muestras y pasado el tiempo, unos meses, demostrar empíricamente a los vitivinícolas que el procedimiento funcionaba y el vino no se estropeaba y no perdía calidad.
Aquello dio lugar a la pasteurización, es decir, al proceso de calentar lentamente el líquido para matar los organismos microscópicos no deseados. Gracias al vino, tenemos hoy leche pasteurizada. ¡Tantas cosas le debemos al vino!
En "Cazadores de microbios", Paul de Kruif narra que Pasteur necesitaba fondos para sus investigaciones y recurrio a los productores de vino.
Ellos, a final de cuentas empresarios, le preguntaron que obtenian a cambio, cual era la utilidad de las investigaciones.
Despues de que Pasteur mostrara sus avances, el ahorro de las perdidas justifico varios años de ayuda de los vitivinicultores a la Universidad.