La oración del Tercer Ejército de Patton

En diciembre de 1944 el general Patton y su ejército estaban estancados en territorio belga. Al ejército enemigo se sumaba una meteorología terrible: lluvia, niebla, inundaciones… Con aquellas condiciones el avance de las tropas era una misión casi imposible.

Desesperado por la situación, Patton llamó a uno de sus oficiales y le dijo que quería una oración para pedir que el tiempo mejorara. El oficial, supongo que asumiendo una orden de un superior sin rechistar, fuera esta cuál fuera, salió a buscar al capellán del Tercer Ejército, James O’Neill. Pattón le explicó que estaba cansado de luchar entre barro e inundaciones y le pidió que procurara que Dios hiciera algún trabajo a favor de su bando.

El capellán escribió una oración a Dios para que pararan las lluvias y para que el tiempo les permitiera combatir, y se la envió a Patton. Este dijo que quería 250.000 copias impresas de aquel texto. El general quería que cada hombre del tercer ejército rezara. El 22 de diciembre los soldados recibieron la oración escrita y, quién sabe porqué, pero el tiempo mejoró. Hubo seis días en los que el ejército de Patton pudo avanzar y luchar sin preocuparse por la meteorología.

Después de aquello Patton citó al capellán O’Neill y le dijo que era el hombre más popular de todo el centro de mando y le condecoró.

Por cierto, el texto exacto que escribió el capellán fue:

“Almighty and most merciful Father, we humbly beseech Thee, of Thy great goodness to restrain these inmoderate rains with which we had to content. Grant us fair weather for Battle. Graciously hearken to us as soldiers who call upon Thee that armed with. Thy power, we may advance from victory to victory and crush the oppression and wickedness of our enemies and establish Thy justice among men and nations. Amen.»

2 comentarios en “La oración del Tercer Ejército de Patton”

  1. Esto sin duda me recuerda a los sucesos posterioes a la toma de Amberes en 1585, conocidos como "el milagro de Empel". Y es que cuandos e reza y las cosas salen bien, todos lo llaman milagro, más cuando no salen, o salen mal, nadie dice que haya sido milagro, sino infortunio…

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