Que Einstein, el creador de la teoría de la Relatividad, es considerado uno de los hombres más inteligentes de la historia no es algo nuevo. Y lo que voy a contarles hoy da para hacer un buen número de especulaciones al respecto, sobre la inteligencia y el cerebro.
El científico murió en abril de 1955 en el hospital Princeton, cuando tenía 76 años. Al realizar la autopsia al cadáver, el doctor Thomas Stoltz Harvey extrajo el cerebro y, sin permiso de la familia del físico, lo conservó para su estudio posterior. El doctor debió pensar que aquel cerebro era tan prodigioso que debía ser conservado por encima de cualquier cuestión. Einstein podía seguir contribuyendo a la ciencia, en este caso a la neurociencia, incluso después de su muerte.
Harvey fotografió el cerebro desde todos los ángulos y posteriormente lo diseccionó en 240 partes de aproximadamente un centímetro cúbico de volumen. Finalmente, Harvey fue despedido del hospital.
Por otro lado, también se conservaron sus ojos.
Aunque creo en el derecho de los familiares a decidir y respeto sus decisiones, como persona de "ciencias" (aunque humanista aficionado) entiendo perfectamente a Harvey.
Un poco "cara" el tal Harvey. Debía haber pedido permiso…
Gracias por los comentarios.
Yo la verdad es que también creo que si nadie se lo preguntó en vida… su cerebro es suyo.
Saludos.