Los retratos naturales de Giuseppe Arcimboldi

Uno de los artistas más originales y más sorprendentes, al menos para este que escribe, del siglo XVI es Giuseppe Arcimboldi, también llamado a veces Arcimboldo. Milanés nacido en 1527, se le agrupa dentro de manierismo característico de aquella época.

En un alarde maravilloso de fantasía, originalidad y talento, comienza en torno a 1562 a hacer retratos de personas usando frutas, hortalizas, peces y otros objetos naturales y típicos de las naturalezas muertas para componer las caras.

En estos retratos todo son objetos reales, perfectamente detallados e identificables, incluso los tipos de peces, pero la composición presenta una cara a la vista. Personalmente, aunque toda esta serie de obras me parece fantástica, me llaman mucho la atención el Vertumno (1591), que encabeza la entrada, y El Agua (1566), que cierra este escrito. Por cierto, Arcimboldi realizó muchas de estas obras, junto con libros y recopilación de colecciones, para Rodolfo II durante la época en que el artista estuvo en Praga.

6 comentarios en “Los retratos naturales de Giuseppe Arcimboldi”

  1. Curioso e interesante articulo sobre el manierista Arcimboldo, artista que siempre atrae la atención de todos. Me parece muy interesante y variado tu espacio, el cual acabo de conocer y me hago seguidor y procuraré visitar con frecuencia. Un cordial saludo desde ArteTorreherbertos.

  2. Me encanta tu entrada sobre Arcimboldo y su pintura patrocinado por Rodolfo II, para mi uno de los personajes más fascinantes y raros de la historia …

    El emperador prefirió ceder el reino y dedicarse a las ciencias y pseudociencias, convirtiendo Praga en uno de los centros alquímicos hospedando a todos los alquimistas de Europa en la Academia Alquimista y creando un laboratorio, y en su biblioteca contaba con el mítico Manuscrito Voynich.

    Vivía en el Castillo de Praga donde creó un jardín botánico que producía la misteriosa mandrágora, para magia negra y blanca, y el árbol del gingko relacionado con el elixir de la eterna juventud ya que era un árbol de longevidad asombrosa y les podía dar la clave de la inmortalidad humana, además de sus hojas se obtenían extractos beneficiosos para la senilidad.

    Rodolfo para ir de un recinto a otro de los Jardines Reales se desplazaba por pasadizos cubiertos, por puentes de madera tapados, con el fin de no ser visto.

  3. Gracias a ti Manuel que siempre contestas todos los comentarios incluso los posts atrasados a pesar de lo famoso que eres y lo ocupado que sabemos que estás, ja ja

    Y gracias por no decirme "que me haga un blog" con los rollos que escribo ja ja

    Saludos

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