El incidente de Palomares

En enero de 1966, en plena Guerra Fría y con el desarrollo y despliegue de las armas nucleares en ascenso, un bombardero estadounidense B-52 colisionó con un KC-135, un avión de suministro, en pleno vuelo. El coche tuvo lugar a 30.000 pies de altura y sobre la costa del Mediterráneo, lo que provocó que finalmente el B-52 acabara en las costas de Almería.

Aquel avión transportaba bombas nucleares B28, con una potencia de 1,5 megatones. Dos bombas quedaron intactas después de caer, una en tierra y otra en el mar. Las otras dos bombas comenzaron su explosión y el detonante que debía comenzar la reacción en cadena se activó, pero dicha reacción no se puso en marcha, lo que evitó que las bombas explotaran con toda su potencia.
Una vez pasado el primer momento, el gran problema era la bomba intacta que había caído al mar. Aquella bomba contenía en sí misma algunos secretos que debían ser guardados y por lo tanto, además de por el peligro nuclear, se puso en marcha una importante acción de rescate por parte de los EEUU. Después de casi tres meses se localizó la bomba a 5 millas de la costa, en parte gracias a la ayuda de un pescador local que la vio caer.
La operación de limpieza costó uno 80 millones de dólares de la época y unas 1400 toneladas de tierra fueron trasladadas. La operación acabó con Manuel Fraga Iribarne, por entonces ministro de Información y Turismo, bañándose en aquellas aguas para mostrar que no había peligro alguno y que el turismo podía seguir acudiendo sin miedo. Estas imágenes de Fraga son, quizás, lo más famoso de este incidente, al menos en España.

17 comentarios en “El incidente de Palomares”

  1. ¡Pues qué suerte! Imagínate que hubieran explotado las dos bombas que se pusieron en funcionamiento y no llegaron a estallar con toda su furia… en estos momentos, los niños en las escuelas estudiarían las "siete" provincias de Andalucía. La verdad, podría haber sido una catástrofe de una magnitud considerable. Y los del gobierno de entonces, se lo tomaron a cachondeo, con bañitos y todo…

  2. El verdadero misterio es si como consecuencia de aquél "chapuzón" mediático D. Manuél Fraga recibió algún tipo de radiación, porque la verdád, para entendér lo que decia cuando hablaba habia que ponér mucha atención, porque se expresaba de una forma rarisima y muy rápida.

    Saludos.

  3. Es dificilísimo que una cabeza nuclear explote accidentalmente. Aunque exploten los explosivos convencionales que las recubren, las bombas tienen sistemas de seguridad que evitan que el plutonio alcance la masa crítica para iniciar la reacción en cadena. Sólo puede ocurrir si se han retirado esos dispositivos.
    Lo que sí puede ocurrir es que si explotan las cargas convencionales, o si se abre la bomba por el golpe, se libera el plutonio del interior y provocan una gran contaminación radiactiva. Eso fue lo que pasó en Palomares.
    Un saludo.

  4. Desorbitao, al final he decido cambiar la foto 🙂

    Verborrea… igual hasta teníamos playa en Madrid 😉

    Vir, gracias a Dios.

    Gracias Cidi por el aviso.

    Rodericus2009… lo de Fraga… para mí que lo inmunizó la radiación.

    Javiti, seguramente.

    Nonsei, gracias por tu aportación.

    Saludos.

  5. Yo tenía unos 17 o 18 años entonces y me acuerdo perfectamente. El "baño" pedagógico propagandístico de Fraga salió en la TV única. Y dio bastante que hablar. De todos modos, todo el mundo decía que Fraga tenía un par de cojones. Jaja. No sé, no sé. Lo cierto es que sobreactuaba y sobreactúa demaisado. Saludos y felicidades por tu blog, amigo.

  6. Pues por la provincia de Almería se comenta que los pollos en cuestión no se bañaron en Palomares, sino en Villaricos. Que está al lado pero no está en zona contaminada. Hijosdeputa y tal.

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