Casualidades de la vida y la guerra

Que hay casualidades en la vida es indudable, que a veces estas son extremas y casi increíbles, también. El caso del capitán Battreau es uno de estos casos sorprendentes. El capitán, de nacionalidad francesa, a finales del siglo XIX luchó en la guerra Franco-Germana de 1870 usando un rifle Chassepot, arma reglamentaria y habitual en aquel ejército. Una vez finalizada la guerra devolvió aquel rifle al ejército.

En 1891, más de veinte años después, nuestro amigo, con unos cuantos años más a sus espaldas, seguía en el ejército y por lo tanto se vio de nuevo envuelto en una guerra, en este caso, en África. Allí, en combate hombre a hombre desarmó a un soldado enemigo. Su sorpresa debió ser enorme cuando descubrió que el rifle Chassepot que acababa de arrebatar a su enemigo era el mismo que él había usado veinte años atrás. Recordaba el número de serie del arma: 187017. Sin duda, una casualidad extrema.

Fuente: Military’s strangest campaigns and characters, de Tom Quinn

9 comentarios en “Casualidades de la vida y la guerra”

  1. Parece tan increíble como la entrada que he pulicado en salopimienta, de la joven embarazada por una bala…

    Las cosas que pasan en la vida. Y luego dicedn que no hay causalidades… Un beso

  2. Casualidades de la vida!!

    Me gusta la curistoria sobretodo porque me siento indentificada ya que también me han pasado casualidades increibles que me dejan la boca abierta.

    Saludos
    Esther.

  3. Un interesante curistoria que me recuerda el famosísimo caso del coche de Zaragoza, hace relativamente pocos años…

    Unos terroristas de ETA habían robado un coche y le habían cambiado las placas de matrícula por unas "dobladas" (ya existentes, pero falsas) para dificultar su identificación. Cuando iban a cargar el coche con explosivos para cometer un atentado, se les caló y pidieron a un caballero que pasaba por allí que les ayudase a empujarlo para ver si lo podían arrancar. El buen hombre, pensando en hacer un favor, se dispuso a ello cuando, atónito, les dijo:

    "Anda ¡Pero si este coche lleva MI MATRÍCULA!"!

    Los terroristas, aterrados y sorprendidísimos ante su mala suerte, pusieron pies en polvorosa. Los atraparon poco después y mi ciudad se libró de un acto criminal que habría supuesto probablemente varias muertes absurdas.

    ¿A ver si es verdad que hay Dios?

  4. La misma anécdota aparece en el libro "Flashman y la montaña de luz" de la serie de Harry Flashman escrita por George Macdonald Fraser.

    Algunos detalles más sacados de la nota a pie de página número 46 del libro mencionado (afortunadamente para mí, sabía que esa historia se mencionaba en una nota a pie de página y que todas las notas están al final del libro 🙂 ):

    – En 1891 Battreau no estaba en el ejército regular, sino en la Legión Extranjera, de la que era oficial.

    – Los hechos de 1891 ocurrieron en Dahomey, entonces colonia francesa.

    – Al parecer, la historia fue verificada (vayan ustedes a saber qué quiere decir "verificada"…) por un tal P.C. Wren, también ex-legionario, que la incluyó en su libro "Flawed Blades", del año 1932.

    – He leido en internet (he perdido el enlace, lo siento), que Battreau recordaba el número de serie porque en el año 1870 él tenía 17 años.

    – Recuerdo que en la novela Flashman menciona algo en el texto principal (pero no encuentro la página) relativo a lo siguiente: lo más interesante de la historia de Battreau es que los rifles (porque no fue sólo el suyo, por supuesto) pasaron de los almacenes del gobierno francés a las manos de los enemigo del gobierno francés. Vamos, que el tema apestaba a corrupción.

    Por cierto meg, la historia que mencionas (la mujer embarazada durante la guerra civil americana por una bala que haría alcanzado a un soldado en un testículo antes de terminar en la matriz de ella) es más falsa que un euro de madera.

  5. Trecce, no la he visto 🙁

    Meg, conozco la historia de la bala y la embarazada y me suena que es una leyenda urbana.

    Esther, a mi se me desactivó por arte de magia el airbag del coche (se encendió una luz de aviso) minutos antes de que una furgoneta se saltara un stop en un cruce y me la llevara por delante en plena carretera. ¿Aviso divino?

    Gary, sí, totalmente.

    Herodoto, genial la historia de ETA. Pero yo, que soy un poco conspiranoico, creo que fue más bien un truco para no delatar a algún topo o algo similar.

    Sombra, gracias por esos datos. Genial.

    Hluot, piensa mal… y acertarás.

    Saludos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.