Las muertes japonesas

Harakiri kanji
La forma de afrontar la muerte en combate de los japoneses es muy diferente a la que tenemos en occidente. Al menos, era así en el Segunda Guerra Mundial y en las épocas anteriores a esta. Para comprobarlo, no tenemos más que repasar los términos que usan para referirse a estas muertes.

Cuando un soldado muere en acción de combate se usaba senbotsu, pero también tenían términos en función de la forma de morir. Por ejemplo, gyokusai significa: “buscar la muerte antes que el deshonor”. Para los japoneses esto indica que el soldado prefirió entregar su vida en una acción sin esperanza alguna, antes que rendirse. El término tai-atari, algo así como “estrellar el cuerpo”, se usaba en el caso de los kamikazes, que entregaban su vida en una última acción contra el enemigo.

Cuando un soldado explotaba una granada una vez que el enemigo estaba cerca, o hacía alguna acción similar, su muerte se llamaba jibaku, es decir, la propia vida se entrega mientras se daña al enemigo. Si toda esperanza estaba perdida y no había enemigo cercano al que llevarse a la tumba con la propia muerte, quedaba el jiketsu, también conocido como hara-kiri. Este término no necesita mayor explicación ya que es de sobra conocido.

Fuente: Dirty Little secrets of World War II de James F. Dunnigan y Albert A. Nofi

11 comentarios en “Las muertes japonesas”

  1. Hola, interesante y muy buen blog… este último párrafo se ve reflejado en la serie The Pacific que se está emitiendo ahora en Estados Unidos… y se ve, en el primero de sus capítulos, el honor que los soldados nipones procuraban proteger hasta el final, demostrando un gran sacrificio por ellos y por su país.

    Sacrificio que por cierto, ahora, está desapareciendo en muchas empresas de Japón y está obligando a cambiar parte de su modelo económico basado en la dedicación por entero a la empresa (tal y como hacían los soldados por su país)…

    Un gran saludo!

  2. Hola Vitike. Muy buena entrada. Eso del honor es una cuestión muy importante para los japoneses. El hecho de perderlo los llevaba a suicidarse.
    Un ejemplo de esto (el cual he comentado en mi blog), es la muerte del escritor Yukio Mishima, quien luego de intentar, sin éxito, convencer a los soldados imperiales a levantarse en contra del gobierno para defender el honor del emperador, decidió realizarse un seppukuk, una muerte que consiste en sacarse las tripas para que algún alma piadosa acabe con su sufrimiento decapitándolo.
    La muerte tiene algunos otros tintes algo "graciosos", por así llamarlos, pero eso ya es otro tema.
    Saludos
    Uriel

  3. Tan metido el honor entre los japoneses tras la Segunda Guerra Mundial que algunos optaron por el suicidio al escuchar el mensaje de rendición del emperador por la radio (la primera vez que oían su voz…)
    Un saludo.

  4. Basurero, al final las palabras dicen mucho.

    xTo… a ver si tengo un rato y le echo un ojo a The Pacific, que promete.

    Negrevernis, lo escucharon por primera vez y además con un mensaje un tanto triste.

    Uriel, el seppukuk también parece entretenido 🙂

    Gracias por vuestros comentarios y aportes.

  5. Mejor ejemplo que en The Pacific, se ve en la fantástica película Cartas desde Iwo-Jima.

    PD: aun no han emitido el capítulo de The Pacific sobre Iwo-Jima; espero que no me hagan quedar muy mal.

  6. Como comenta Uriel uno de los casos más impactantes de suicidio fue el de Mishima que realizó en directo, siendo un escritor famoso y habiendo predicho él su propio suicidio en sus obras.

    Yo me leí su libro "Lecciones espirituales para los jovenes samuráis" y está escrito de esa manera poética que tienen los japoneses y es absolutamente precioso, aunque controvertido. Habla de arte, las antiguas sociedades, los uniformes, la acción, el culto al cuerpo, el código del honor del Japón tradicional que quiere recuperar.

    El libro es una experiencia intensa, porque como es una guía para afrontar la muerte mientras lo leía era consciente de que los consejos que va dando, luego él los puso en práctica cuando se suicidó.

    La filosofía de toda su vida es bastante inquietante, sobre todo para nuestra mentalidad más vitalista, ya que para él toda la entera existencia queda reducida a la nada y se concentra en un único acto hermoso y efímero y que requiere de verdadero valor, el suicidio.

    O sea, que desde luego no se puede decir que Mishima no fuera coherente con sus ideas y con la obsesión japonesa por mantener la palabra dada, y aunque no lo comporta ya sólo por eso lo respeto. Aunque mucha gente pensó que su suicidio fue ridículo y narcicista.

  7. Es que a ti Manu que he leído que te gustan los haiku, a mi también, te encantará, porque aunque los temas están tratados de un manera bastante extremista, formalmente es una maravilla y a mi todo lo del antiguo Japón me encanta, por eso me gusto.

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