La fuga de Colditz

LaEn el libro titulado Militaria, de Nicholas Hobbes, muy recomendable y entretenido, se narran todos, o al menos un buen número de ellos, los métodos utilizados para intentar fugarse de la prisión de Colditz.

El castillo de Colditz, en Alemania, fue una prisión para oficiales aliados durante la Segunda Guerra Mundial, destinado, entre otros, a pájaros que ya habían intentado escaparse de otras prisiones y campos alemanes. La Wehrmacht se ocupó de que aquel lugar fuera una prisión de alta seguridad de la que fuera complicado escaparse, aunque sólo fuera porque, según parece, había un buen número de guardias. En cualquier caso, hubo fugas de este lugar. Lo que no puedo decirle es cuáles de los siguientes métodos de fuga que enumera Hobbes en su libro funcionaron y cuáles no:

  • Salir andando por la puerta principal vestido con uniforme alemán.
  • Disfrazarse con un uniforme alemán y relevar a los centinelas.
  • Disfrazarse de ama de casa alemana.
  • Escaparse durante el paseo diario por el parque.
  • Reemplazar con muñecos a los prisioneros mientras estos se ocultan bajo las hojas en el parque.
  • Saltar la tapia.
  • Descender en rappel por la ventana mediante cuerdas hechas a base de sábanas.
  • Sobornar a los guardas.
  • Cavar un túnel bajo la cantina.
  • Ocultarse entre los colchones sobrantes que se enviaban de vuelta a la ciudad.
  • Deslizarse por el vertedor de ropa sucia.
  • Ocultarse en el camión de la basura.
  • Salir a través de una pared de los lavabos.
  • Colarse por una boca de alcantarilla en el parque.
  • Abrir un túnel bajo la capilla.
  • Ocultarse en el carro utilizado para transportar la tierra cavada del túnel después de que este haya sido descubierto.
  • Fabricar un planeador de tamaño natural que podía lanzarse desde el techo del castillo transportando a dos pasajeros. En este caso, el castillo fue liberado antes de poder utilizar en invento, pero una réplica suya construida con posterioridad funcionó.

Nota: Corregidos algunos errores gracias a la información de Dr. Strangelove (Gracias)

13 comentarios en “La fuga de Colditz”

  1. Puedo aclararte que uno de estos no funcionó por muy poco.Un oficiál francés de disfrazó de matrona alemana impecablemente, un atuendo y maquillaje perfectos.Fué descubierto en el último punto de contról, en la salida.

    Y hay otro que no mencionas y según parece funcionó.Alguién saltó el muro del patio con una pértiga improvisada, y desapareció a la carrera.

  2. de hecho, he estado luego buscando un poco por ahí, y aparentemente todos los campos de prisioneros de guerra los controlaban las distintas ramas de la Wehrmacht…

    volviendo a Colditz y a la entrada original, tampoco es correcta la apreciación sobre la relación entre número de prisioneros y de guardianes, como se puede comprobar en el enlace que he puesto anteriormente

  3. Abel, nunca he jugado, pero el juego es muy famoso, cierto.

    cero91, gracias por los enlaces.

    Dr. Strangelove, gracias por las correcciones. Y perdón por los errores. Actualizaré el post.

    Saludos.

  4. Una fuga se frustró por que el protagonista, que se había disfrazado a la perfección como uno de los sargentos más prusianos de la guarnición, se metió demasiado en el personaje y se puso a echarles la bronca a unos guardias con tanta energía que el auténtico sargento acudió a ver qué pasaba. Es lo malo de los actores del método.

    Y sí, lo de la pértiga no es falso: un oficial francés acostumbró a los guardias a verle haciendo deporte en el patio y una mañana, cuando ya no le prestaban atención, agarró, saltó olímpicamente el muro (no sé si con pértiga, pero parece lo más probable) y ¡échale un galgo! Y no le pillaron, así que el galgo estuvo torpe

  5. Averigüé algunos detalles interesantes sobre Colditz: su nombre oficial era Kriegsgefangenenoffiziers sonderlager 4 C (uf, que largo), y en el período que funcionó como prisión de 1940 a 1945 arrojó un promedio de una fuga cada diez días; en total 300 tentativas de fuga, con 130 salidas efectivas y 30 evasiones definitivas (6 holandeses, 9 ingleses, 14 franceses y un polaco). Esto se debió a que los alemanes relajaron la seguridad del lugar, pues consideraban que el castillo (que en el siglo XIX sirvió de manicomio) era "a prueba de fugas". Les daré más datos interesantes después.

  6. Con respecto a los resultados de los diferentes métodos de fuga que se dieron en Colditz encontré algunos:
    Fugas frustadas:
    El teniente inglés Peter Allan escapó escondido dentro de un colchón que fue sacado en camión junto con otros; logró llegar hasta Viena, pero ahí se desorientó y fue recapturado.
    El teniente polaco Just fingió un ataque de apendicitis y fue llevado a la enfermería desde donde se fugó. Fue aprehendido y enviado al calabozo, del cual también escapó. Fue recapturado y nuevamente volvió a escapar. Su captura definitiva fue en el río Rin, a pocos metros de alcanzar la frontera suiza.
    El teniente frances Boulay salió del recinto disfrazado como una respetable dama del III Reich, pero quiso la mala suerte que al pasar el último puesto de vigilancia se le cayese su reloj de pulsera. Uno de los guardias se lo devolvió con unas amables palabras, pero Boulay no hablaba alemán, además que al acercarse a la supuesta dama descubrieron sus rasgos masculinos.
    El teniente inglés Airy Neave elaboró una réplica exacta del uniforme de un cabo alemán. Se disfrazó y se mezcló con un grupo de soldados que hacían el relevo de la guardia, pero fue reconocido.
    Les enviaré más información después.

  7. Hola y feliz año nuevo; ampliando los casos mencionados por José Antonio Peñas, hallé lo siguiente:
    El oficial inglés Michael Sinclair, mejor conocido como Red Fox, realizó en total nueve tentativas de fuga (fue muerto en la última, cerca de la frontera francesa). Pero fue la séptima la que lo hizo famoso: suplantó a un oficial del castillo, específicamente a un sargento mayor al que sus compañeros de armas apodaban Francisco José, por su gran parecido con el emperador austríaco. Sinclair le copió todo hasta en el más mínimo detalle: uniforme, condecoraciones, gestos, ademanes, etc. Un día se dirigió a una de las entradas, seguido por cuatro falsos soldados de la Wehrmacht, para relevar a los auténticos centinelas. Sin embargo, uno de los cabos detectó algo raro y se negó a cumplir las órdenes de su "superior". Sinclair no se arredó, y metiéndose en el papel comenzó a lanzar amenazas e insultos en perfecto alemán como solo el verdadero oficial lo hubiese hecho. Para su mala suerte, el escándalo atrajo la atención del sargento, quien desenmascaró al impostor metiéndole un balazo que lo dejó malherido.
    En cuanto al "atleta" francés, era el teniente Mairesse-Lebrun, quien intentó fugarse disfrazado de elegante paisano. Ya había llegado a la estación de trenes, pero se delató a sí mismo al pagar su boleto con un billete de cien marcos que estaba fuera de circulación. Los empleados ferroviarios sospecharon, dieron aviso a los oficiales de Colditz y Mairesse-Lebrun fue capturado y enviado al calabozo.
    Sin embargo, a los presos rebeldes que purgaban su encierro en los calabozos se les permitía salir un par de horas todas las mañanas a tomar el sol y hacer ejercicio. El teniente francés salió con ropa deportiva y se puso a hacer ejercicios gimnásticos. Los guardias alemanes se relajaban viendo a los prisioneros haciendo piruetas, momento que aprovechó Lebrun para salir corriendo hacia un muro de más de 3 metros, se apoyó en las manos de un compañero ubicado a propósito al pie de la pared, quien lo impulsó al otro lado. Cuando los guardias se repusieron de la sorpresa y comenzaron a disparar, Lebrun ya se había abierto camino por la alambrada de púas ayudado por unos guantes, perdiéndose finalmente en el bosque. Para no hacer más largo el cuento, su fuga fue exitosa, llegando a territorio francés no ocupado.
    Esta es la versión que conozco, sin pértiga.

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