Buscando una bala con un detector de metales

Buscando una bala con un detector de metalesHace ya unas semanas escuché de refilón en el Canal Historia, una Curistoria sobre la invención del detector de métales y su uso en la curación de un presidente de EEUU después de recibir un disparo. Tomé nota rápida de las siguientes palabras “detector de metales, bala y presidente”. Y hoy me dispongo a contarles a ustedes esta historia.

Uno de los inventos que se atribuyen a Alexander Graham Bell es el detector de metales, aunque para serles sinceros, no está del todo claro qué parte de la invención le corresponde realmente. Lo que sí le pertenece por derecho es el uso de uno de los primeros aparatos de esta clase para intentar ayudar a los médicos que trataban al presidente de los EEUU James Garfield. Este tipo comenzó su mandato en 1881, en marzo, y solo unas cuantas semanas después sufrió un atentado. Los médicos se encontraron con un problema: no sabían dónde se encontraba la bala en el cuerpo del presidente.

Para solucionar este problema, y después de algunas no muy efectivas y más bien contraproducentes acciones de los médicos, se recurrió al detector de metales de Bell. Este dispositivo había funcionado sin fallos y con garantías en las pruebas realizadas, pero había llegado el momento de la verdad. Lamentablemente Bell no fue capaz de localizar la bala en el cuerpo de Garfield. El presidente murió unos meses más tarde, en septiembre, después de padecer fiebres e ir de mal en peor desde el atentado.

¿Por qué falló el invento? Pues hay dos explicaciones, y puede ser una de ellas o las dos en conjunción. La primera, y la más curiosa, es que el presidente estaba acostado en una cama con un colchón de muelles metálicos. Esto interfería en el buen funcionamiento del detector e impidió detectar la bala. La segunda, menos curiosa pero también lógica, es que la bala estaba demasiado profunda en el cuerpo del presidente como para que fuera detectada por el aparato.

En descargo de los implicados en el hecho, aclaremos que en aquel tiempo los colchones con muelles metálicos no eran tan comunes y a nadie se le pasó por la cabeza que pudiera ser aquello la causa de la nula ayuda del detector de metales. Bueno, Bell sí que lo sugirió, aunque los hechos muestran que no le hicieron mucho caso.

Fuentes: about.com, Associated Content, exapamicron, wikipedia.

2 comentarios en “Buscando una bala con un detector de metales”

  1. Yo no se que mania tiene la peña de dispararle al que ostenta este cargo…. ¿? por lo que nos cuentas viene de largo el asunto.

    Buena historia Manuel, como siempre.

    P.D: Manuel, sabemos si el magnicida llevaba encima algun ejemplar de "El guardian entre el centeno????" ¿Un borrador quizas?

  2. Gracias Jesús por el comentario. Este fue el segundo presidente de EEUU en morir asesinado durante el mandato.

    Por cierto, venderé mi ejemplar de "El guardian..", por si las moscas 🙂

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