Una vez “cautivo y desarmado el ejército rojo» en la Guerra Civil Española, todo el mundo debía posicionarse como vencedor, o al menos, como amigo de los vencedores, si quería vivir en España. Los nacionales hacían gala de su victoria y comenzaron la persecución de todo aquel que era o había sido de la parte contraria, o incluso de todo aquel que no se comprometía suficiente. Las medias tintas también eran motivo de persecución.
Y así, como no podía ser de otra forma, pues el que más y el que menos, el que era un arribista o el que tenía que “limpiar” su pasado, los españolitos comenzaron a hacer alarde de su pertenencia y adhesión a Falange, por aquel entonces, dueños y señores. El símbolo distintivo de los falangistas era la camisa azul y este color se puso tan «de moda”, que hubo de ser prohibido. Así es, los propios falangistas que mandaban en España prohibieron la venta de tejido del color característico de su grupo político y hasta llegó a prohibirse el uso de las propias camisas azules fuera de los actos oficiales.
Una cosa parece clara, el que fuera falangista “de los viejos”, tendría la camisa en casa. El que fuera un falangista “oportunista” y por lo tanto necesitara la tela para confeccionarse la prenda, tendría complicado hacerse con el retal.
Por eso se les llamaba «camisas salvavidas». También la expresión «failangista» es muy sugerente.
Enhorabuena por tu blog.
Nombre muy adecuado, sin duda.
Gracias Alfaro por tu comentario.
Saludos.
Curiosamente, las milicias de algunos partidos de izquierda también vestían de azul.
Es más, las banderas de Falange y la CNT tienen los mismos colores.
Es más, hubo varios casos de gente de izquierda, que, en plena guerra civil, se pasó a la Falange y viceversa.