La carraca policial

Seguramente alguno de ustedes habrá sido víctima de un temible aparato que en manos de un niño se convierte en un arma de tortura capaz de acabar con la paciencia y el autocontrol de cualquiera. Se trata de “invento” similar al que muestra la imagen adjunta. Efectivamente amigos, estoy hablando de la carraca o carraco. Al hacer girar uno de los “brazos” del objeto los dientes de una rueda van levantando y soltando una lengüeta que al golpear, una vez liberada por un diente de la rueda y a la espera del siguiente, produce un ruido seco y desapacible. Por cierto, “seco y desapacible” son exactamente los términos que utiliza la RAE.

Ahora que ya hemos identificado el dichoso objeto vayamos a lo nuestro. A finales del siglo XVII y comienzos del XVIII se utilizaba la carraca por parte de las autoridades de las ciudades y pueblos británicos para dar la alarma cuando algo raro ocurría. En 1829, cuando la policía metropolitana británica fue creada, la carraca formaba parte del equipamiento estándar de los agentes. Tal es así que los uniformes llevaban un bolsillo destinado a la misma. E incluso se hicieron algunas mejoras en el diseño básico de la carraca para aumentar su efectividad y facilitar su uso.

Durante muchos años la carraca siguió haciendo su función con efectividad, pero finalmente se comprobó que el silbato tenía un alcance mucho mayor y en 1887 todas las carracas habían sido retiradas de su servicio.

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