Este dicho se remonta a la época de Roma, si bien es aplicable a cualquier momento de la historia. Siempre los derrotados han quedado a merced de los vencedores y ese es el sentimiento que transmite este dicho: Dolor, pesar o pena por la situación en la que se ven los vencidos.
El origen romano al que hacía referencia proviene del año 390a.C., cuando los galos arrasaron Roma. Viéndose vencida accedió a pagar un tributo a su enemigo y llegado el momento sus representantes se vieron frente a una balanza en la que medir su pago. Los galos solicitaban mil libras de oro y la balanza estaba trucada. Los romanos se dieron cuenta y protestaron.
Breno, jefe de los galos, arrojó su espada sobre la balanza ante las quejas romanas de tal manera que ya no sólo los vencidos debían soportar una balanza trucada, sino también una espada añadida al contrapeso. Y en aquel momento fue cuando Breno dijo la frase: “¡Ay de los vencidos!”. Bueno, realmente dijo “Vae Victis”, pero el sentido es el mencionado.
«¡AY QUE HDP!»
Pues sí, también es cierto.
Saludos.
Lo mejor del post, justificar y aclarar que el jefe galo no hablaba en español, y pensar que lo dijo en latín
Raro que un jefe galo del siglo IV antes de Cristo, que encima acababa de ganar a los romanos, que entonces eran nada en el sentido imperial, y que no habían salido del Lacio, decía, curioso que hablara en latín