Alrededor del año 1648 (otras fuentes colocan el hecho tres o cuatro años después), Velázquez pintó la Venus del Espejo. Esta obra fue el primer desnudo “integral” de la historia de la pintura española. La mezcla de mitología con personas y situaciones comunes, resultó esta vez en una mujer desnuda acompañada de Cupido. Este primer desnudo español, cambio de propietario durante décadas hasta que en 1802 Carlos IV de España vendió esta pintura a Manuel de Godoy, Primer Ministro. Este la colgó junto a dos obras de Francisco de Goya, contemporáneas de Godoy: La maja desnuda y la maja vestida. Y aquí tenemos otro pequeño guiño de la historia. Quizás sin saberlo, o quién sabe si perfectamente consciente de ello, Godoy tenía colocados juntos los dos primeros desnudos de la historia de la pintura española. La Venus del espejo de Velázquez fue el primero y la maja desnuda de Goya, el segundo. 150 años separan ambas obras, lo que da una muestra de lo común del desnudo en aquellos tiempos.
