Alexander Koryzis


Viendo el avance alemán sobre Grecia en la Segunda Guerra Mundial, y siendo testigo también de traciones dentro de su propio país en favor de Alemania, el primer ministro griego, Alexander Koryzis pidió permiso al Rey para renunciar. Este permiso fue negado y después de besar la mano del Rey, el primer ministro se fue a su casa y se pegó un tiro.

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