La impresionante historia de Fritz Haarmann, el carnicero de Hannover

La impresionante historia de Fritz Haarmann, el carnicero de Hannover

El carnicero de Hannover asesinó a decenas de personas, nadie sabe exactamente a cuántas y algunos apuntan al centenar. Acabó pidiendo que lo mataran, y se reconocía a sí mismo como El Exterminador. Fue un psicópata, un asesino en serie que nació en 1879 y murió en 1925. Entre esas dos fechas, el horror.

Alemania no pasaba por su mejor momento, tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, y el hambre era un castigo, consecuencia del caos, la crisis económica y la posguerra. El estraperlo era un negocio y, como escribió Peter Englund: en 1918 todo era más delgado, más hueco y más flojo. Aquel entorno sirvió para que la mente perturbada de Haarmann encontrara un espacio para sus crímenes. Tras pequeños problemas con la justicia, como hurtos y contrabando… dio un pequeño paso y fue acusado de acosar a niños con fines sexuales. Cuando comenzó a trabajar como carnicero, el mercado negro le sirvió para ganar un dinero, también negro. Pero la carne escaseaba.

En noviembre de 1919 Haarmann convenció a un joven de 17 años para que lo acompañara a su buhardilla. El chico desapareció, y su familia denunció ese hecho ante la policía. Un confidente habitual declaró que lo había visto en compañía de Haarmann y la policía se presentó en su casa. Echaron un vistazo y no encontraron nada. Fue el primero de muchos que acompañaron al carnicero y desaparecieron. Con la promesa de algo de comida, las víctimas iban a su muerte como corderos al matadero.

Los detalles de lo que hacía Haarmann en su casa con los jóvenes son terribles, y van de la violación al canibalismo. Entre esos dos puntos, todo. Según parece, solía matarlos mordiéndoles en el cuello, arrancándoles la tráquea o la carótida. Una vez muertos, los descuartizaba, con ayuda de un cómplice, y vendía la carne por la ciudad, a buen precio, como si fuera de caballo o de algún otro animal. Una vez ganados esos marcos, que a su vez le permitían deshacerse de la mayor parte de los cadáveres, él y su cómplice, Hans Grans, se emborrachaban. Algunas partes de los cuerpos, como las cabezas, no se podía vender y se deshacían de ellas. Pero una calavera fue encontrada en el río por unos niños que jugaban.

Tras dragar el río, los restos de más de dos decenas de jóvenes fueron recuperados. Comenzó una investigación en busca de un asesino en serie que acabó llevando de nuevo a la policía a casa de Haarmann. Algunos restos y objetos personales de las víctimas destaparon el horror. El carnicero confesó todo, detalladamente, poniendo así fin al horror.

Durante 5 años la gente de Hannover estuvo comiendo carne humana sin saberlo, mientras el carnicero de Hannover hacía negocio con sus víctimas. En 1925, Haarmann fue ejecutado. Como verán, el sobrenombre de Carnicero de Hannover tiene doble significado, aunque también se le llama el Vampiro de Hannover.

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