Por qué y cómo se medía la velocidad en nudos

El navío Santísima Trinidad. Grabado del siglo XIX.
(El navío Santísima Trinidad. Grabado del siglo XIX.)

Hace unos días visité de nuevo el Museo Naval de Madrid, magnífico lugar que deberían conocer si no lo han hecho, y en uno de los vídeos pude ver cómo se medía la velocidad de los barcos hace unos siglos y por qué se usa como unidad de medida los nudos. Piensen lo complicado que es saber la velocidad de un barco en el océano, sin referencias de distancias cortas, satélites, ni cosas por estilo que en la actualidad damos por hechas pero que hace unos siglos no existían.

El proceso de cálculo de la velocidad de los barcos comenzaba arrojando un tronco al mar por la popa de la nave, al que iba atada una cuerda. Se esperaba un poco antes de empezar a contar para que el tronco quedará más o menos parado flotando en la superficie y entonces se comenzaba a medir la velocidad a la que el barco se alejaba del tronco, de aquel punto de referencia colocado en mitad del agua.

Ya saben ustedes que la velocidad se mide en unidades de distancia (metros, kilómetros…) recorridas por cada unidad de tiempo (minuto, hora…). En el caso que nos ocupa, se usaba un reloj de arena para medir el tiempo, cuya duración era aproximadamente de medio minuto y para medir la distancia se empleaba la cuerda atada al tronco, que tenía nudos a intervalos regulares de aproximadamente unos 47 pies. Así, el número de nudos de la cuerda que salían del barco, o del cubo que guardaba la cuerda, era la distancia. Dos hombres hacían falta, como vemos, uno para estar dar la vuelta al reloj y así empezar a contar el tiempo y para estar pendiente del final del reloj de arena, y otro para contar nudos.

La exactitud no parece lo más relevante en el origen del nudo como velocidad naval, ya que ni el reloj de arena es muy exacto y replicable, y tampoco lo es el método de los nudos en la cuerda para saber la distancia, a la que se llamaba corredera, por cierto.

11 comentarios en “Por qué y cómo se medía la velocidad en nudos”

  1. Cierto, Sobre todo lo de que merece la pena la visita al museo naval. Lo único lamentable es que cuando pregunté por las taquillas la soldado que estaba a la entrada me dijo como indignada que aquello era un cuartel, así que me tocó cargar con abrigo, mochilla, y toda la parafernalia. No creo que con el riguroso control a la entrada les cueste mucho poner una taquilla para dejar las pertenencias mientras se visita el museo…

  2. Muchas gracias por esta entrada. Esta era una duda que he tenido siempre y que nunca encontre el momento para buscar la respuesta.
    Muchas felicidades por este blog. Estoy enganchado leyendo una entrada tras otra.

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