Entrevista a Luis Miguel Francisco, autor de Morir en África

Morir en África, de Luis Miguel Francisco
(Morir en África, de Luis Miguel Francisco)

A pesar de que ya lo he recomendado de pasada en alguna entrada y fue uno de los libros que recomendé en Curistoria las navidades pasadas, vuelvo sobre Morir en África para contarles un poco más sobre la obra y, sobre todo, para traerles una entrevista que el autor ha tenido la amabilidad de contestar.

Morir en África, escrito por Luis Miguel Francisco y editado por Crítica, es un ensayo de los que hay que leer, nos trae un hecho histórico que deberíamos conocer muchísimo mejor de lo que hacemos y además cuenta la Historia, con mayúscula, la de las batallas, políticas y grandes hombres, pero también nos trae la historia, no menos importante, de los soldados sencillos, de los hombres, con sus sentimientos, grandezas y debilidades.

Los días de junio, julio y agosto de 1921 en los que posiciones españolas en el norte de África fueron asediadas y tomadas por los rifeños son el objeto del libro. Abarrán, Igueriben, Annual o Monte Arruit son los escenarios, y los actores son apasionantes. Créanme cuando les digo que si no conocen estos hechos les parecerán asombrosos cuando los conozcan, dignos de la mejor ficción escrita, de la mejor película de guerra, pero tan reales y cercanos que es casi un pecado que no estén más presentes en nuestra cultura.

Y el libro, amigos, es una obra de referencia. Riguroso, detallado, bien escrito, con mapas, con fotos… nos permite adentrarnos en la historia con gusto y disfrute, sin pesadez. Destacando, como decía, que el lado humano también está en las páginas.

El autor, Luis Miguel Francisco, ha publicado varios ensayos históricos y es un experto en el tema, además de apasionado. Como decía, ha tenido la amabilidad de responder a algunas preguntas que le hecho, por lo que hago público aquí mi agradecimiento.

Luis Miguel Francisco
(Luis Miguel Francisco)

Es sorprendente cómo en unos pocos días ocurre aquel desastre para las tropas españolas. Habiendo contactos con el enemigo e informadores, ¿cómo es posible que no se evitara el desastre? ¿En qué grado fue aquel acoso a las posiciones una sorpresa?

Morir en África, es un libro que muestra, no saca conclusiones, más bien invita a que el lector las saque, es algo por lo que se me ha criticado, pero pienso que como historiador, ese es el punto más honesto donde creía que debía estar. Hay otros escritores que se tiran al barro con facilidad, que se dejan influenciar por las pasiones, yo mismo cuando escribí “Annual. 1921, crónica de un desastre”, cargué tintas o expliqué en vez de mostrar, en ese caso era imposible no hacerlo por el criterio editorial y lo reducido del texto. Sé que es difícil mantenerse al margen cuando algo te apasiona, pero si somos fríos y profesionales, bajo mi punto de vista, ese es el puesto de un historiador. Hay demasiados libros que por este motivo he dejado de leer. Hay demasiada propaganda camuflada entre libros.
Para entender el Desastre hay que percibir la figura del general Silvestre, su carácter. De ahí que me pareciera muy interesante mostrar las reacciones del Comandante General, por ejemplo en la toma de Abarrán. Los antecesores de Silvestre, desde la Guerra del Kert, 1912-1913 apenas habían avanzado, no lo habían hecho porque no había medios materiales ni humanos, y porque ahí estaba el otro “marrón”, el desastre de 1909 y todo lo que había arrastrado socialmente.
En 1921, en toda la Comandancia de Melilla, para todas las unidades, habían 26 ametralladoras inútiles, como habéis podido leer, para el combate, se interrumpían y se terminaban fundiendo. 36 piezas de artillería. La aviación no existía casi, se usaba principalmente para exploración, no había carros de combate… era un ejército prácticamente de reemplazo, mal equipado y al que no se instruía como se debía muchas veces para evitar enfados con las kábilas… el Gobierno no había sabido aprovechar todo el material que se saldaba de la IWW. Sólo había dos unidades de combate real en Melilla. Los Regulares y la Policía Indígena. Soldados profesionales que se perdieron con la caída de Annual, muchos de ellos, especialmente de la Policía, se pasaron al enemigo, hicieron defección.
El Desastre no se pudo evitar porque en Annual no había municiones más que para un combate serio, apenas 100 cartuchos por individuo, no había reservas de munición en Melilla. No había posibilidad de resistencia y Silvestre lo sabía, toda las opciones se habían puesto en salvar Igueriben. Su caída fue una sorpresa para Silvestre, su reacción así lo indica. Sin duda había subestimado al enemigo. Pero ojo, Annual no fue un combate, odio que digan que fue un combate porque en Annual no se luchó; fue una retirada. Annual se abandonó desordenadamente y Silvestre decidió morir, lo decidió desde el momento que se despedía de sus allegados, como el general Navarro, “besa a mi madre” decía llorando. Silvestre que no había superado lo de Abarrán, no hubiera querido vivir con el proceso de deshonra que se le hubiera venido encima. Silvestre sabía que aquel avance alocado del último año y pico estaba sostenido con alfileres, que lo había hecho, como él solía decir, “con tres cojones”, por agradar a Alfonso XIII, su amigo. Y porque tenía una confianza ciega en el mismo, por encima de cualquier planteamiento militar. Además conocía muy bien la idiosincrasia del moro, sabía manejarlo, sabía como fascinarle. Silvestre creía que podía seguir tirándose órdagos hasta llegar a Alhucemas. Es mi opinión exagerada, claro, y resumida, hay muchos factores y todos se muestran en el libro, menos mi opinión, que es la mía, y la doy aquí porque me la pedís, pero es sólo eso.

¿Cuál fue el detonante real de aquella ofensiva contra las tropas españolas?

El detonante baja mi punto de vista fue Abarrán. Abarrán por si sólo no fue mucho en cuanto a derrota, pero cambió todo. Se perdió artillería y los rifeños pudieron ver que se podía derrotar a un ejército europeo, ahí empezó realmente a sumar adeptos la rebelión. Hay quien obvia esto y dice que no pertenece al Desastre, para mí fue el detonante y por eso ahí empieza el libro.

Aunque en algún momento del libro cómo los rifeños usaban la religión como acicate para el reclutamiento y el combate, ¿jugaba un papel fundamental la religión en la rebelión o eran otro tipo de motivaciones más mundanas?

Abd el Krim no era un fanático religioso, aunque no dudaba en usar la religión si esta le servía para sumar adeptos. Los motivos principales de la sublevación eran económicos e independentistas. Abd el Krim luchaba para crear una nación, al efímero República Independiente del Rif. Por lo tanto el Jatabi era un independentista, tanto es así que actualmente en las escuelas marroquíes no se estudia ni su figura ni aquella victoria rifeña.

La historia de la resistencia de Monte Arruit es asombrosa, y estoy convencido de que en otro país se estudiaría en los colegios y sería conocida por todos. ¿No hubo posibilidad alguna de socorrer la posición?

Hubo una obligación moral de socorrer Monte Arruit y hubo una voluntad popular de socorrer Monte Arruit. Berenguer siempre consideró que no había medios y posiblemente así fuera. Se tomó la decisión menos arriesgada y se dejó morir a 3.000 hombres de los buenos, de esos que no habían desertado. Es una gesta increíble. Y ojo yo en “Morir en África”, nunca he utilizado ni la palabra gesta, de mi boca, ni la de héroes, esa son conclusiones que debe tomar el lector. Tiene todos los argumentos ahí. No he omitido nada y hay quien se ha enfadado conmigo por no haberlo hecho. Pero si casi después de 100 años hay que cubrir a gente que no ocupó su lugar es un acto de lealtad histórica muy mal entendido. Además si yo lo sé, porque está en documentos, es fácil que otro lo sepan y también estaba ahí mi prestigio.
Es fácil ahora decir que se debió ir al rescate de Monte Arruit, el caso es que no se fue, y eso es lo que queda.

Los Cazadores del Alcántara se ganaron en 1921 una condecoración colectiva que llegó en 2012. ¿Cuéntenos un poco el por qué de esta tardanza?

Alcántara, ahí empezó todo. Ahí empezó mi pasión por el Desastre. Hasta que no conseguí humanizar el mito no me quedé a gusto. En 1932 la república decidió archivar el expediente, no era políticamente correcto. Toda condecoración de este tipo siempre tiene mucho carácter político. Pasaba ayer y pasa hoy, con por ejemplo nuestros combatientes de Irak, a los que no se les reconoce el valor habiendo entrado en combate y habiéndolo demostrado. Estas cosas son políticas en general. Un día eres el mejor, y al día siguiente alguien dice que eres el peor y ya está. Tampoco hay que olvidar que hubo testigos que dijeron que el Alcántara no era merecedor de esa distinción, entre ellos el famoso teniente coronel Pérez Ortiz, que dijo que el Alcántara no era más merecedor que San Fernando y por lo tanto no era merecedor de La Laureada. También hubo un oficial de Alcántara que no consideró merecedor al regimiento. No dijo la razón. Y el destino quiso que ese oficial años después mandara el Regimiento. A veces me gusta pensar en ello, en ese oficial y su historia… os dejo deberes jejeje.

¿Cómo se veía en el resto de España la situación africana? ¿Cuáles eran las reacciones a las constantes catástrofes?

Marruecos para España era un problema. Es el título más repetido en libros de época, artículos, debates parlamentarios. El problema de Marruecos. Eso creo que lo define todo. La reacción, como habéis podido leer, fue muy patriótica, hubo una voluntad popular y por parte del ejército de terminar con todo eso. Hubo un verdadero sentimiento de venganza.

Detrás del libro, como se vislumbra en los agradecimientos, hay una cantidad de trabajo y una labor de investigación magnífica. ¿En algún momento de su vida ha tenido la oportunidad de hablar con alguno de los hombres que vivió aquellos días?

No, nunca, realmente cuando empecé a trabajar esto en serio ya era finales de siglo. Pude hablar con familiares, pero siempre es un poco comprometido. Los lazos de amistad, en ocasiones hacen cargar o levantar el bolígrafo. Es emocionalmente entrañable, pero no muy conveniente.

Supongo que después de leer diarios y conocer lo que pasaron aquellos soldados, algunos serán casi como conocidos. ¿Tiene predilección por alguno de aquellos hombres?

Por muchos, todos ellos forman parte de mí. En ocasiones pienso que alguien puso esta historia en mis manos para que yo la contara. Siento una gran admiración como militar por un puñado de hombres. Primo de Rivera, de caballería, o el capitán Triana, del que poseo un cuadro sobre él. De infantería el comandante Benítez, el coronel Morales, Silvestre es un personaje fascinante… Navarro, de Navarro tengo una foto en mi despacho, original de época, como si fuera de la familia… de ingenieros sobre todo el capitán Arenas, aunque Sigifredo Sainz Gutiérrez, de Estado Mayor, es casi como el que susurra la historia. Su libro es el mejor, con creces, de época. De artillería hay también muchos, Flomesta… su historia por si solo da para una novela. Pero los dos personajes de mi libro son el teniente Arcos Cuadra y el alférez Maroto, esos son los personajes del libro y son lo que hacen real esta historia. Y si alguna día escribo la segunda parte, son los que tienen que tirar de ella.

Carga del río Igan por el Regimiento Alcántara (Ferrer Dalmau)
(Carga del río Igan por el Regimiento Alcántara (Ferrer Dalmau))

A continuación el cuestionario común y típico de Curistoria.
Tres libros que recomendaría.

1 novela para bebérsela de una trago, llevada al cine. “El Pabellón de los Oficiales” de Marc Dugain.
2, un relato corto, para estas tardes de invierno. También militar y de la IWW, “El silencio del mar” de Vercors.
Y 3, un libro sencillo de encontrar (no como los otros) “Y al final, la guerra”, ensayo que escribí junto a Lorenzo Silva… lo sé, no debemos recomendar nuestros libros, ya pero este, de verdad, no es mi libro, es el libro de las tropas españolas que sirvieron en Irak y merece la pena leerlo.

Tres películas que no debe uno perderse

La película que más veces he visto es Black Hawk derribado. Y por lo tanto algo tendrá. Recomiendo un documental, Restrepo e iba a recomendar una de amor, por eso de que no sólo de pan vive el hombre, pero me quedo con “El Francotirador”, por eso de que está actualmente en el cine y está creando polémica, que al fin y al cabo es la base de todo éxito.

Cuál es su rutina, manías o vicios a la hora de trabajar o preparar una obra.

La manía principal, y no es poco, es que necesito todo encima de la mesa, incluso lo que no me haga falta. No encontrar algo que considero fundamental para terminar la historia conlleva paralizarla. Necesito tenerlo todo y necesito olvidarme de todo lo que me rodea en la redacción el libro, cuestión difícil siendo padre de dos cachorritos. Pero mis manías son muchas… sólo que no hay que decirlas, para que el enemigo no las utilice… siempre hay un enemigo, casi siempre uno mismo.

Cuál es su siguiente proyecto, si se puede saber

Bien, se puede. Es una novela. Escribir una novela después de haber hecho un ensayo como este es algo así como tomar el sol. Es una novela bélica y actual con la que comenzaré, si se edita, una saga. No es fácil editar novela en este país, editarla con un sello editorial de prestigio. De hecho yo tengo unas pocas guardadas en el cajón.

Recomiende una época, hecho, personaje… de la historia que le atraiga especialmente

Esta es fácil, años 20, Campaña de Marruecos y general Manuel Fernández Silvestre y Pantiga, nacido en El Caney… ¡Un personaje!

Y estando en Curistoria… ¿alguna anécdota con alguna de sus obras o lectores?

Anécdotas hay muchas. La más reciente me la dijo precisamente Lorenzo Silva, anteayer. Está haciendo un reportaje sobre francotiradores (cuestión de moda), y entrevistó a uno, que sale en nuestro libro de Irak. Y sus compañeros de Operaciones Especiales le dijeron, “este sale en una foto de uno de los libros que has escrito”. Uno de los francotiradores del combate de Nayaf del 4-4-04, perteneciente al COE, MOE o GOE, o como se siga ahora. Hay historias que nunca se paran de escribir… el problema siempre es saber cuál debe ser tu historia, porque escribir es como vivir.

5 comentarios en “Entrevista a Luis Miguel Francisco, autor de Morir en África”

  1. Me guardo la entrevista y tomo nota de la referencia, de todos modos el de la campaña del 21 es un tema ya muy manido, aunque lo que viene (con el aniversario) va a ser mucho peor.
    En mi biblioteca tengo relacionado directamente con esta campaña más de 40 títulos entre originales, reediciones y nuevos ensayos sobre el tema.
    Entre todos los que he leído destaco dos:
    – ESPAÑA Y EL RIF. Crónica de una historia casi olvidada
    María Rosa de Madariaga
    – EL EXPEDIENTE PICASSO
    Ed. Almera
    El primero como visión global de la historia de españa en el norte de Marruecos, no sólo militar, sino también social y económica.
    El segundo como fuente de datos indispensable con la que acometer cualquier lectura sobre el tema.
    Evidentemente los relatos de los protagonistas (Basallo, Cerezo, Berenguer, Prieto…)son también indispensables, aunque éstos sólo para los que les guste meterse a fondo en el tema.

  2. Gracias PECE por el comentario y por las referencias, tomo nota. No sé yo si el tema está muy manido, pero desde luego creo que el desconocimiento general el alto. Digo en la cultura popular.

    Saludos.

  3. Para los que nos gusta la historia relacionada con el protectorado, el tema de la campaña del 21 o el desastre de Annual es bastante recurrente. Cada cierto tiempo aparece una nueva obra sobre el tema.
    El caso es que desde 1993 (centenario de la guerra de Margallo), pasando por 2009 (centenario de la campaña del 9) y 2013 (centenario de la campaña del Kert) han aparecido bastantes publicaciones sobre cada campaña, y no son las más conocidas. Así que aventuro decir que en el centenario de la del desastre (faltan unos escasos seis años) nos van a inundar con publicaciones y reediciones sobre dicha campaña.
    Cuando empecé con esto intentaba recopilar todo lo publicado sobre el protectorado, en mi desconocimiento creí que sería abarcable. Hace tiempo que comprendí que como bien dices, a pesar del desconocimiento general, el volumen de lo publicado es inabarcable para una sóla persona.
    Desde entonces me conformo con tener una pequeña biblioteca sobre la materia que, de vez en cuando, voy incorporando algún que otro ejemplar.
    Un saludo igualmente y gracias por divulgar la historia.

  4. Yo no creo para nada es un tema manido, es más un estudio tan profundo como el que se muestra en Morir en Africa sobre el derrumbamiento del protectorado en general hacia mucho tiempo que no salia uno. Que aparecen libros conmemorando o han aparecido muchos pues si, pero como el de Cañete con el de la ultima laureada en el que cuenta como se aparece del cielo la madre de un corneta que carga en el Igan, jajaja, por dios!!, o el de Pando, un libro tan academico que es i fumable. Por supuesto que los titulos sobre el tema son agotables, te vas a los de epoca y ya esta, todos los demas son estudios de esos que son materia prima, asi que leido los originales para que leer mas. Otra xosa es lo que sucede en este de Luis Miguel que aparte pilló de los archivos militares y diarios personales e inéditos sobre el tema. Si nos ponemos a hablar de manido pues fijate, la division azul, la guerra civil y asi pues todo. Nada es manido es historia y hay que recordarla constantemente para que no nos olvidemos de quienes fuimos y lo que hicimos, no como hoy que da vergüenza del pais

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