El agua y la sed en la batalla de Bailén

Rendición de Dupont en Bailén
(Rendición de Dupont en Bailén)

Se suele hablar de cómo el general invierno venció a las tropas de Napoleón en 1812 durante su campaña rusa. El general invierno, como saben, es una forma habitual de referirse a ese frío extremo del invierno en Rusia que ha evitado invasiones y ha beneficiado a los rusos a lo largo de la historia. Le pasó a Carlos XII de Suecia, a Napoleón y a Hitler. Pero en España, en 1808, fue el general verano el que ayudó en la derrota de las tropas napoleónicas en Bailén.

La batalla de Bailén tuvo lugar en julio de 1808, durante la Guerra de Independencia Española. El verano en el sur de España es caluroso y al parecer el calor y la sed derivada del mismo fueron elementos a tener en cuenta en dicha batalla y en el resultado de la misma. El calor desde primeras horas era terrible y la sed desesperaba a los soldados y, supongo, también a sus monturas. Las mujeres y los niños de los pueblos cercanos a la batalla, especialmente Bailén, abastecieron a las tropas españolas con agua siempre que pudieron. También el agua era un bien esencial para el enfriamiento de las piezas de artillería, poniéndose en ocasiones esta necesidad por delante de la humana.

Cuenta la historia que María Inés Juliana Bellido fue una de aquellas mujeres que abrevó a nuestras tropas. Era monja y en 1808 tenía cincuenta y tres años, lo que no evitó que corriera de un lado para otro ayudando. Según parece, llegó a cruzar el campo de batalla por un lugar batido sin cesar por la artillería para llevar agua al general Reding. Mientras estaba ofreciéndole una vasija al general una bala rompió el cántaro que sujetaba pero no fue herida y es más, no llegó a casi a inmutarse la sor. Recogió los restos que pudo del cántaro en los que aún quedaba algo de líquido que llevarse a la boca y se los ofreció a Reding.

Aquel día de julio de 1808 fue histórico. Fue la primera derrota en campo abierto del ejército napoleónico y también fue el día que una monja pasó a la historia por dar agua a un general.

11 comentarios en “El agua y la sed en la batalla de Bailén”

  1. Esta es una de mis historias favoritas de la Guerra de Independencia. Como curiosidad indicarte que a María Inés Juliana Bellido también la llamaban la "Culiancha" debido a las buenas caderas y posaderas que tenía. Hecho que facilitaba el llevar el cantaro a cuestas. Cantaro agujereado que por cierto aparece en el escudo de Bailen.

  2. Efectivamente, no era monja,eso no lo pone por ningún sitio… de hecho el único documento que habla de ella es un libro de un testigo de eṕoca (Antonio José Carrero) en la que solo se la conoce por haber dado de beber al general Teodoro de Reding… "Compañera de ésta" fue la mujer a la que quebraron el cántaro…aunque la historia no nombra a esta mujer y queda anónima sin nombre, la leyenda la refiere siempre como María Bellido, y este nombre ha quedado en Bailén como símbolo de la mujer guerrera y valerosa, auténtico prototipo de la heroina por excelencia….
    Por cierto soy de Bailén y os invito a que conozcáis nuestras fiestas conmemorativas de la Batalla del 19 al 21 de Julio días en los que los soldados de Cerro Muriano (Córdoba) vienen a rendir honores…eso sí. os aseguro que como dice el título de esta entrada el calor fue determinante…cualquier 19 de Julio en Bailén la temperatura, puede facilemte alcanzar los 45º Centígrados, una temperatura no muy recomendable para los franceses y en general para nadie que vistiera los uniformes de aquella época….

  3. Un mes antes, entre el 8 y el 14 de junio, tuvo lugar la primera derrota militar de las fuerzas napoleónicas en aguas de la bahia de Cádiz, una batalla naval conocida como la Batalla de la Poza de Santa Isabel, entre los buques franceses fondeados en estas aguas gaditanas, procedentes de la derrota de Trafalgar, comandados por el almirante Rosily, y las fuerzas navales españolas al mando del almirante Juan Ruiz de Apodaca, apoyada por la flota inglesa que bloqueaba la salida de la bahia. No causó demasiadas bajas, aunque sí mas de tres mil quinientos prisioneros.

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