La importancia del voto en unas elecciones

Edward A. Hannegan
Edward A. Hannegan

Los que vivimos en España hemos escuchado en estos días muchas discusiones, comentarios y opiniones sobre los votos, los referéndum y las consultas ciudadanas. La importancia de un voto es mucha, y ese detalle queda constatado cuando uno asiste al recuento en unas elecciones: todos ellos son iguales. Yo he estado alguna vez presente por imperativo legal y opino que todos deberíamos vivir el proceso, es muy interesante, más allá de políticos o partidos, que no viene al caso. Hablo del propio proceso electoral. La curistoria de hoy es una maravillosa muestra de esto que digo.

En 1842, cuando ya estaba casi en el ocaso el veraniego día, un hombre llamado Henry Shoemaker estaba trabajando en una granja de Indiana, en Estados Unidos, cuando recordó que aquel era día electoral y que había prometido personalmente su voto a uno de los hombres que se presentaba, el demócrata Madison Marsh. Shoemaker cogió entonces su caballo y fue a depositar su voto en la urna. Aquel voto fue clave, ya que en el recuento final el candidato al que había votado, Marsh, ganó la elección por un voto de diferencia, concretamente el suyo, como veremos al final.

Pero no acaba aquí la influencia de aquel voto. En enero del año siguiente, 1843, el electo Marsh y sus colegas de Indiana fueron convocados para elegir senadores para el gobierno de Estados Unidos. Después de muchas conversaciones y maniobras y en la sexta votación, Marsh cambió su voto y gracias a él salió elegido el demócrata Edward Hannegan para el senado. De nuevo, por un solo el voto, el voto de Marsh, un hombre elegido unos meses atrás por un solo voto, el voto de Shoemaker.

En 1846 el senado de Estados Unidos tuvo que decidir si su país iba a la guerra contra México. Haciendo un paréntesis, diré que de nuevo la actualidad vuelve a reflejarse en esta curistoria, ya que Estados Unidos está también en estos días decidiendo si va a la guerra contra Siria. La situación en aquel 1846 estaba bloqueada ya que no se ponían de acuerdo los senadores presentes. Entonces entró en juego Hannegan, que había estado ausente hasta el momento y votó a favor de la guerra. Un voto decidió que Estados Unidos fuera a la guerra contra México. Un voto que partió de un hombre que había ganado por un solo voto, que le había concedido a su vez otro hombre que había vencido en unas elecciones por un solo voto.

Toda esta cadena, no lo olvidemos, parte del voto tardío de un empleado de una granja de Indiana. Como resultado de aquella guerra, California cambió de manos y pasó de México a Estados Unidos. El senador Hannegan también emitió el voto definitivo para que Texas fuera considerado estado de Estados Unidos, por lo que dos estados, Texas y California, deben su historia a nuestro olvidadizo granjero de Indiana.

Queda patente en esta curistoria que un voto es muy importante y que todo, cada uno de ellos, cuenta. Para bien o para mal. El voto de Shoemaker acabó llevando a su país a la guerra, pero también acabó dejando California en manos de Estados Unidos.

Se preguntaran ustedes cómo sabemos todo esto sobre el voto, secreto a priori, del granjero Shoemaker. Al parecer no había ninguna papeleta que contuviera los nombres de los hombres a los que Shoemaker quería votar aquel día de 1842 y por lo tanto elaboró una propia cortando y pegando de las existentes. Esta papeleta fue en un principio descartada por los responsables del recuento, pero cuando este acabó en empate y después de mucho discutir, se dio el voto del granjero por bueno a pesar de la irregularidad de la papeleta y así ganó aquel senador que inició esta cadena de votaciones pírricas.

Fuente: The greatest stories never told, de Rich Beyer.

11 comentarios en “La importancia del voto en unas elecciones”

  1. Sin querer desmerecer lo instructivo de la curistoria (que lo es, y mucho), la misma se basa en suponer que los eventos salieron como salieron exclusivamente porque el tal Shoemaker votó como votó. Vamos, que es perfectamente posible que el contrincante de Marsh hubiera apoyado a Hannigan, o que el contrincante de Hannigan hubiera apoyado la guerra contra Mexico.

    Aun así, me ha gustado la curistoria 🙂

  2. Sombra, sólo es el enfoque de la Curistoria. Como dices, cada voto vale sólo lo que vale un voto, y lo mismo vale el primero que el último. Aún así me encanta esta historia.

    Doralucía, espero que los mexicanos lo tomen como lo que es, historia pasada.

    1. Efectivamente estimado Manuel, lo sucedido es historia y se ve reflejado en esta gran Curistoria, pero se dice que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Estados Unidos ya nos arrebató para siempre a los mexicanos más de la mitad de nuestro territorio y no pierden la oportunidad de ir a más guerras para robar todo lo que puedan como petróleo y todos sus negocios redondos. Pero en fin, como siempre una Curistoria muy interesante.recibe un saludo afectuoso desde Puebla, México.

    2. Efectivamente estimado Manuel, lo sucedido es historia y se ve reflejado en esta gran Curistoria, pero se dice que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Estados Unidos ya nos arrebató para siempre a los mexicanos más de la mitad de nuestro territorio y no pierden la oportunidad de ir a más guerras para robar todo lo que puedan como petróleo y todos sus negocios redondos. Pero en fin, como siempre una Curistoria muy interesante.recibe un saludo afectuoso desde Puebla, México.

  3. Gracias José Rafael por tu comentario. Efectivamente hay que conocer la historia, para disfrutarla, para comprender mejor nuestro mundo y para no repetirla. Pero lo que no sirve de mucho es indignarse por cosas que sucedieron hace tiempo.

    Un saludo 🙂

  4. No sé dónde leí que precisamente Texas y California tienen reconocido el derecho de autodeterminación reconocido en las leyes federales de modo que si sus ciudadanos lo decidiesen así, pdrían separarse libremente del resto de los EEUU y convertirse en países inpendientes.
    De ser así, California creo que se convertiría en la 5ª o 6ª economía mundial.

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