Los esposos Arnolfini, de Jan van Eyck

La obra de arte que encabeza esta entrada es un cuadro de Jan van Eyck titulado Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa y también conocido como El matrimonio Arnolfini, y estoy seguro de que muchos de ustedes la conocen.

Jan van Eyck fue un pintor flamenco nacido en 1390 y que según los entendidos es uno de los mejores de su época. La obra que nos ocupa fue realizada en 1434 y representa una ceremonia matrimonial entre dos personas, hasta ahí nada extraño. Pero lo curioso comienza cuando comenzamos a estudiar la enorme cantidad de información que el autor vertió en el cuadro. Se están casando, ya que él levanta la mano en el acto de juramento que formaba parte de la ceremonia. La ropa es de gala, lo que muestra, junto con otros elementos, que la familia es pudiente, pero no son nobles. El espejo, la alfombra o la lámpara muestran poder adquisitivo, pero la estancia es típicamente burguesa: estrecha, dominada por la cama y con suelo de madera en lugar de mármol. También se ven unos zuecos en la escena, junto a los pies del esposo. Los nobles solían ir a caballo o en carruaje y por lo tanto no necesitaban ese tipo de calzado, cuyo propósito era evitar el barro.

En el espejo se ven reflejados unos personajes, que no son otros sino los testigos de la ceremonia. Necesarios en este caso porque las personas que contraen matrimonio son de diferente escala social, y por lo tanto eran necesarios testigos que dieran seguridad al contrato económico acordado por la pareja. Y sabemos que son de distinta clase social por que él toma a ella con su mano izquierda y no con su mano derecha, lo que hubiera hecho en caso de ser del mismo estrato social.

El autor firmó el cuadro con un texto que también parece de notario: Jan van Eyck estuvo aquí. Así, esta obra de arte no es sólo eso, sino que casi es una prueba de cómo fue el matrimonio del mercader Giovanni Arnolfini con Jeanne Cenami. Dicho lo cual, como en otras tantas ocasiones en el mundo del arte, todo esto son interpretaciones.

Fuente: ¿De qué se ríe la Mona Lisa?, de Mabel Figueruelo

15 comentarios en “Los esposos Arnolfini, de Jan van Eyck”

  1. Según parece, aunque algunas interpretaciones hablan de embarazo, lo más probable es que sea únicamente un forma de mostrar que las telas (que tiene recogidas con la mano) son buenas y pesadas.

    Felipe, no sabría decirte, la verdad.

    Gracias a todos por los comentarios.

  2. Yo hace ya unos meses mientras navegaba por la web leí un comentario sobre este cuadro de van Eyck que el abultado y prominente vientre de Jeanne indicaría la fertilidad que se esperaba de ella, no un embarazo ya que ella nunca dio a luz durante su matrimonio. Todo al fin de cuentas quedará sólo como mera especulación.
    Amo esta página. La sigo hace ya varios meses y he aprendido muchi de ella. Has hecho un enorme trabajo Manuel.
    Un abrazo desde Chile.

  3. Otra curiosidad. Las naranjas de la ventana parece ser que hacen referencia al poder adquisitivo del matrimonio, ya que se trataba de uan fruta cara, importada del sur. Asímismo, la ceremonia se realiza bajo la protección de Santa Marta (en una de las esquinas de la cama), patrona del hogar, a la que los esposos se encomendaban en esa referencia pictórica.
    Sin duda, una de las obras maestras de la pintura flamenca.

  4. Las naranjas parece ser que representan la fruta prohibida que existía en el jardín del Edén y por lo tanto es una advertencia para la pareja; el perrito representa la fidelidad en el matrimonio y las sandalias la fidelidad de la mujer hacia el marido.

  5. Si se sabe la historia de la pareja, enseguida se entiende que Cenami no estaba embarazada en el momento de pintar el cuadro, ni lo estaría nunca, pues era estéril, razón por la que Arnolfini la engañaba constantemente con otras mujeres.
    En el enmarcado original del cuadro había tallados unos versos de Ovidio, en referencia a las promesas. Probablemente, quién los talló conocía la historia de la pareja, y la hipocresía de Arnolfini al prometer fidelidad y no cumplir nada de lo prometido…

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