Virtudes políticas

Acercando las curistorias a la actualidad política de España, hoy voy a mezclar un par de historias, ambas narradas por Carlos Fisas en uno de sus libros. Aunque dudo que sirva para nada, se pueden tomar como lecciones que debería tener en cuenta la casta que nos gobierna, en todas las instancias.

Según cuenta Fisas, en una ocasión un joven se presentó ante Talleyrand, político francés, y le solicitó un cargo en el ayuntamiento de París. Al ser preguntado por quién era su padrino o de dónde provenía su recomendación, el joven reconoció que no tenía ni lo uno ni lo otro, casi avergonzado. En aquel tiempo, como en el actual, las recomendaciones y enchufes estaban a la orden del día, por lo que el caso sorprendió a Talleyrand, que le dijo: “¿No conocéis a nadie? El cargo es vuestro y tomad posesión mañana por la mañana, antes de que podáis conocer a nadie”.

La segunda curistoria política gira en torno a Enrique IV de Castilla, rey del siglo XV al que sus asesores propusieron un cambio de vestimenta, argumentando que sus paños eran bastos, como los de la gente común, y que telas más elegantes y lustrosas serían las adecuadas. Aprendan y apliquen nuestros gobernantes lo que contestó el monarca vallisoletano: “Engañados estáis. Un rey no debe llevar ventaja a sus súbditos en el traje, sino en las virtudes. El dinero lo da Dios a cualquiera; la virtud, solo a los buenos”.

5 comentarios en “Virtudes políticas”

  1. Acabo de leer en historias de la historia un par de anécdotas sobre Talleyrand y es un personaje de lo más controvertido, que cambio de chaqueta más fácilmente que un futbolista, aunque siempre estuvo en el lado ganador, así que la historia ha sido benévola con el, un saludo

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