Durante la Segunda Guerra Mundial, fueron varios países los que ordenaron a sus tropas que no se debía dar ni un paso atrás, lo que venía a ser defender la posición hasta la muerte. Por supuesto, los alemanes lo hicieron en varios momentos del conflicto, como también lo hicieron los soviéticos e incluso los británicos en alguna ocasión. Estas órdenes daban lugar a situaciones trágicas y terribles, pero también con un punto de comicidad, si nos abstraemos de que en realidad hablamos de vidas y guerras.
Durante los enfrentamientos entre el ejército rojo y el nazi, en uno de los últimos ataques de los alemanes en el frente oriental antes de comenzar a ceder terreno, los rusos lo estaban pasando realmente mal, pero sabían que volver atrás significaba la condena a muerte por desobedecer la orden de resistir o morir. La Abwehr, la inteligencia alemana, interceptó la siguiente conversación entre los que trataban de resistir el vapuleo alemán y sus mandos, quizás comisarios políticos, que muestra de manera explícita la situación:
⎯¡Mantenga su posición!
⎯Estoy acabado.
⎯Van para allá refuerzos.
⎯Al diablo con los refuerzos. Estoy aislado. Sus refuerzos no me encontrarán ya aquí.
⎯Por última vez, le prohíbo hablar abiertamente por radio. Preferiría que matara a su propia gente antes de permitir que la maten los alemanes.
⎯Camarada número 54, quizá capte la situación si le digo que no me queda nadie a quien disparar, aparte de mi operador de radio.
OPh dios! que terrorifico!!!
Pobre hombre!
La cuestión era decidir entre morir allí o morir al llegar a tus propias filas. Mala cosa en cualquier caso.
Saludos.
Hasta esa ultima frase el mando no debía tener una idea real de lo que estaban pasado sus tropas, es fácil mandar y organizar desde un puesto de mando, siempre y cuando veas a los soldados como piezas de ajedrez y no al revés.
Un saludo, estupendo blog.
Gracias por el comentario archivista. Es cierto lo que dices, pero también es cierto que estando en primera línea es más complicado dirigir. Creo.
Saludos.