Se acabaron los toros

Hace un tiempo escribí una entrada sobre algunos toros que han pasado por el albero para llegar a la historia: Islero y otros toro míticos. En aquella enumeración estaba presente «Bailaor«, el toro que se cobró la vida de Joselito «El Gallo» en la plaza de toros de Talavera el 16 de mayo de 1920, por lo que será el aniversario en unos días. Da la casualidad de que hoy hace exactamente 117 años que nació este torero, mito de la tauromaquia y puntal de la misma durante la primera década del siglo XX. Juanito Valderrama cantaba una letra de Marcos Manuel que rezaba:

«Cuatro puntales sostienen la catedral del toreo,
cuatro torres andaluzas esculpidas por el genio:
Juan Belmonte, Joselito, Rafael Gallo hechicero,
y un Manuel, Manuel Rodríguez «Manolete», ¡qué torero!».

«El Gallo» murió en la cumbre del éxito a la que llegó batiéndose con Juan Belmonte, otro de los cuatros puntales. «Bailaor«, en Talavera, un cinqueño corniapretao, astifino, negro mulato y algo bizco del derecho le abrió el vientre en el tercer pase de una serie de naturales que comenzó y nunca acabó. Aquella muerte enlutó el ánimo de España.

Rafael Guerra, «El Guerrita«, el que había dicho por primera vez aquello de «Cada uno es cada uno«, «lo que no puede ser no puede ser y además es imposible» y el famoso «hay gente pa’ to«; abandonó su humor y sentenció al conocer la muerte de Joselito: «se acabaron los toros«.

Volviendo a la música, hay una copla titulada «Romance de valentía» que una lección magistral de cómo se cuenta una historia completa en una canción. En ella se dice que «en San Gil la Macarena, sí que lloraba de pena por la muerte del chaval«, y esto mismo se dijo cuando murió Joselito. En una saeta que se cantaba entonces se decía: «Ven pasajero, dobla la rodilla, que en la Semana Santa de Sevilla, porque ha muerto José, este año estrena lágrimas de verdad la Virgen de la Macarena«.

Y hoy les hablo de Joselito en realidad para hablarles de un libro. De un pedacito de arte que es de lo mejor que he leído en los últimos años. Se trata del libro «Tren de la mañana a Talavera» (también está en ebook en todas las plataformas), escrito por Guillermo Pilía, un argentino que ha ganado varios premios y que es un maestro en las letras. El libro es un abanico de relatos taurinos que en realidad son una delicia literaria. No habla de toros, habla de personas, de sentimientos, de vida, de muerte… una auténtica maravilla. Yo no soy muy aficionado a los toros, lo reconozco, y, por supuesto, no soy entendido, pero no se necesita ni lo uno ni lo otro para apreciar y disfrutar del tren a Talavera. Además, por si alguno de ustedes le apetece, el próximo viernes se presentará este libro, aprovechando que el autor pasa por Madrid. Pueden ver los detalles en la siguiente imagen.

1 comentario en “Se acabaron los toros”

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