El origen del apodo de El Empecinado

El EmpecinadoSiempre había pensado que el sobrenombre de “El Empecinado” con el que se conoce a Juan Martín Díez, legendario guerrillero vallisoletano que luchó en la Guerra de Independencia, tendría que ver con la primera aceptación de dicha palabra en el diccionario: obstinado, terco, pertinaz. Pero resulta que este guerrillero nació en Castrillo de Duero, el 5 de septiembre de 1775, y tiene esto más culpa en el apodo que su carácter. Puede que también fuera obstinado, terco y pertinaz, quién sabe, pero lo cierto es que primero fue su apodo y luego la definición conocida por todos.

Los naturales de Castrillo de Duero eran conocidos como empecinados, debido a la abundancia de pecina, que es un lodo negruzco que se forma en algunos charcos o cauces con poco agua. De este “gentilicio”, nace el mote del guerrillero, pero la cosa no acaba aquí. El 1814 a través de una Real Orden, Juan Martín Díaz recibió el honor oficial de poder usar como nombre “Empecinado”, tanto él como su descendencia. Este honor le fue otorgado por su lucha sin cuartel frente al enemigo francés. Y ahí cambió el significado de la palabra.

Hasta entonces, empecinado tenía connotaciones de suciedad y poco cuidado, por aquello del lodo. Después de la guerra, empecinado comenzó a tener el significado que hoy todos conocemos: obstinado, terco, pertinaz. Porque así fue Juan Martín en la guerra, de ese modo combatió y así cambio el sentido de ese curioso gentilicio que le había servido de apodo guerrillero.

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