Balto, el perro que salvó Nome

Balto, el perro que salvó NomeNo hace mucho narraba el porqué del nombre del famoso oso Winnie the Pooh. Voy a tener que abrir una nueva categoría dedicada a las películas de animación infantiles, porque en estos días, y gracias a mi hijo Álvaro y su «pasión» por la película «Balto», he descubierto una historia que además de curiosa es ciertamente emocionante. Por cierto, si no han visto esta película, no es una mala inversión de tiempo. La película está inspirada en el hecho que les relato a continuación.

20 mushers, o conductores de trineo, y unos 150 perros se vieron envueltos en una carrera de más de 1.000 kilómetros para llevar a Nome, un pueblo de Alaska, antitoxina para acabar con un brote de difteria que estaba asolando esta localidad. Cuando digo carrera de trineos, no estoy hablando literalmente, sino que me refiero a una carrera contra el tiempo, contra la enfermedad, contra el frío y contra los kilómetros. Cubrir aquellos 1.085 kilómetros para llevar la antitoxina hasta Nome les llevó cinco días y medio. Cada minuto contaba para salvar vidas.

Corrían los primeros días de 1925 cuando ocurrió todo esto. Entre noviembre y julio el puerto más cercano estaba inaccesible debido al hielo que convertía el agua en terreno sólido no válido para la navegación. El único enlace de Nome en invierno con el resto del mundo era el ferrocarril. Los aviones aún tardarían un poco en dominar este tipo de comunicaciones. Aunque se consideró su uso en aquellos momentos, el mal tiempo anuló esta posibilidad. Finalmente las medicinas llegaron hasta Nenana por tren, pero de allí en adelante no había más posibilidad que los trineos y los perros. Entre Nenana y Nome: 1.085 kilómetros de hielo y nieve.

El 22 de enero se envió desde Nome el siguiente telegrama: «Una epidemia de difteria es casi inevitable aquí. STOP. Necesito urgentemente un millón de unidades de antitoxina. STOP.[…]». Había comenzado a morir gente y la solución no admitía demora. El 27 de enero, el musher «Wild» Bill Shannon comenzó el viaje con sus perros, recorriendo 84 kilómetros. Otros 19 fueron cubriendo la distancia entre Nenana y Nome en una carrera de relevos contra el reloj. El 1 de febrero de 1925 llegó a Nome Gunnar Kaasen, después de recorrer 85 kilómetros en su etapa final. Traía consigo la antitoxina y la epidemia fue atajada.

Una vez cumplida la misión con éxito, los mushers y los perros fueron considerados como héroes. Habían sido la única esperanza para el pueblo, y toda la región, y habían cumplido. La noticia se extendió por todo EEUU y tanta publicidad también ayudó a combatir y prevenir la enfermedad en otros lugares. Especialmente famoso es el perro Balto, el protagonista de la película que tanto le gusta a mi hijo, por su trabajo como líder en el último tramo o relevo. Balto está homenajeado en Central Park, en Nueva York, en forma de estatua y sigue siendo un punto importante en el recinto. Si van por este parque de Nueva York, pasen a saludarle de mi parte, y de la de mi hijo.

7 comentarios en “Balto, el perro que salvó Nome”

  1. Sin querer restarle mérito a Balto ni a ningún otro perro o humano de la proeza, creo que el mérito que se le atribuyó al susodicho can es cuanto menos injusto. Recorrió los 85 km finales, pero no fue mucho más que el resto de equipos. De hecho, el verdadero héroe, si es que debe sobresalir uno, creo que debería ser Togo, guía del equipo de Leonhard Seppala. Hizo un viaje de un total de 420 km (146 km con el suero), recorriendo un tramo más extenso y peligroso que el resto.

    Muchos mushers consideran hoy en día que Seppala y Togo fueron los verdaderos héroes.

    Te dejo un par de enlaces con más información (en inglés):

    http://en.wikipedia.org/wiki/1925_serum_run_to_Nome
    http://www.baltostruestory.com/togo.htm

    Y enhorabuena por el weblog 🙂

  2. Joroen, muchas gracias por tu comentario. Efectivamente, Leonhard Seppala hizo el antepenúltimo relevo y recorrió 146km. La mayoría no llegaron a los 50km y pocos los superaron.

    Pero, como decía en el post, Balto es el más famoso y es el que se llevó la estatua en Central Park. Una vez más, la historia tiene un aspecto un poco injusto.

    Gracias de nuevo.

  3. Hay un hermoso homenaje a ese perro en una de las mejores historias de Carl Barks (el creador de Uncle Scrooge, en España el Tío Gilito), llamada Norte del Yukón. Gilito necesita un trineo para salvar su fortuna en una carrera desesperada, pero sólo quedan unos pocos perros y un anciano Husky que él, viejo minero del Yukon, reconoce: es Barko, el perro que llevó el suero. Barko guiará el tiro de Gilito en su carrera en medio de la tempestad y con la victoria al alcance de la mano Gilito tiene que elegir entre salvar su fortuna o salvar a Barko. No lo duda: un minero sabe que, ante todo, hay que salvar a los perros

  4. Me encantaba la película de Balto cuando era pequeña, la sigo teniendo en VHS, aunque ya lo que no tengo es video para poder verla, recuerdo como el principio era en el central park de NY, frente a la famosa estatua.

  5. Hector Irving Escobedo Gonzalez

    Hola y buena tarde

    Comprendo la parte en que Togo debería tener mayor mérito del que se le atribuye, de la misma manera comprendo que Balto destaca del resto por el hecho de no ser un perro apto para ese trabajo, era lento y con menos aptitudes, fue castrado a temprana edad por lo mismo, así que por eso es que se le otorga mejor posición en la hazaña, Togo era perro guía, Balto uno más entre el "montón".

    Saludos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.