De nuevo los Dambusters

Recordarán ustedes la historia de los Dambusters que contamos hace unos meses, aquellos pilotos británicos que tuvieron como misión el ataque a presas alemanas para arruinar la maquinaria bélica e industrial de estos. Si no recuerdan la historia, vayan a aquella entrada sobre la operación Chastise y refresquen la memoria o lean la historia por primera vez.

Volvemos sobre este tema porque la épica hazaña está plagada de puntos interesantes y cuestiones a analizar. Desde la idea original del ataque, la piedra rebotando en el agua, hasta las duras condiciones que tuvieron que tener en cuenta los pilotos para realizar la acción con éxito. Como decíamos en su momento, los pilotos debían volar a una altura de 18 metros sobre el agua en el momento del lanzamiento de la bomba, según los cálculos del Dr. Barnes Wallis. El altímetro del avión no era útil para controlar una altura tan baja. Pero después de todo el camino recorrido para poner en marcha la operación, operación Chastise, aquello no iba a ser insalvable.

Así, en los aviones Lancaster que se utilizaron para el bombardeo se montaron dos focos que proyectaban una luz “dirigida”, uno en la popa y otro en la proa. Estos focos emitían la luz de tal forma que si el avión volaba a la altura adecuada ambos iluminaban el mismo punto, y si lo hacía demasiado alto o demasiado bajo, había dos “puntos de luz” sobre el agua. Y además, las luces eran diferentes, de tal forma que el piloto podía saber si volaba por encima o por debajo de la cota de 18 metros. Ocurrente, no me dirán que no.

Espero que la imagen les ayude a comprender lo que acabo de explicar.

6 comentarios en “De nuevo los Dambusters”

  1. Gracias por tu comentario y por el enlace.

    Por cierto, lo que es una buena comparación con el ataque final de «La guerra de las galaxias» es el hundimiento del Bismark. Algún día lo contaré, sin duda.

    Saludos.

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