La muerte de Augusto


Cuando Cayo Julio César Octavio Augusto, a los 76 años, se sintió morir durante el regreso a Roma de un viaje a Nápoles. Pidió un espejo, se aseó y se perfumó. Una vez que estaba su imagen a su gusto, se reclinó en el triclinio y preguntó: «¿Os ha agradado mi forma de proceder a lo largo de mi vida?». Por supuesto, los que le rodeaban contestaron afirmativamente y entonces él pidió: «Pues si os ha gustado mi forma de escribir la comedia de la vida, aplaudid al autor». Y según esta historia, el emperador Augusto murió entre aplausos.

4 comentarios en “La muerte de Augusto”

  1. que tal
    no habia tenido oportunidad de ver la pagina exelente, es este ultimo post y lo de la guerra de los pasteles aqui en mexico se enseña en la escuela y siempre la primera vez de niños nos imaginamos que fue textual a pastelasos ya con el tiempo vemos q la gente busca los pretextos mas estupidos para hacer la guerra
    felicidades…
    atte condor

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