La última misión del Yamato


El 7 de Abril de 1945 el acorazado más grande del mundo en aquel momento, el Yamayo, de 72800 toneladas realizó una misión suicidad. Provisto únicamente del combustible necesario para llegar hasta Okinawa, se lanzó contra la flota estadounidense. Sin posibilidad de vuelta, estaba claro que era la última misión.
Pero su objetivo nunca llegó a conseguirse, 19 torpedos aéreos americanos hundieron el Yamato y 2498 miembros de su tripulación murieron.

4 comentarios en “La última misión del Yamato”

  1. Los Japoneses pensaban que el buque era extremadamente dificil de hundir, aunque no imposible, pues su jemelo el Mushasi ya había sido hundido en la batalla de Leyte.

    Así pues, pensaban que antes de ser hundido alcanzaría a la flota estadounidense y se llevaría por delante unos cuantos barcos con sus eronmes cañones de 460 mm de calibre.

    No obstante, y como le ocurrió a la mayoría de los acorazados en la II guerra mundial, no fue un combate a cañonazos la causa del hudimiento, sino el ataque de la aviación. Decenas de bomas y torpedos acabaron con el yamato antes de poder disparar una sola vez.

    Episodios como este significaron el fin de la era de los acorazados en los mares y la definitiva preponderancia de los portaviones.

    un saludo

    mario

    antes de hundirse

  2. Gracias por el comentario Mario. Precisamente en esto días he leído un libro sobre Pearl Harbor en el que exponen cómo dentro de la marina japonesa había partidiarios de los aviones y otro que no lo eran tanto.

    Saludos.

  3. Efectivamente ese fue un debate que comenzó sobre los años 20, con el perfeccionamiento del avión. Antes de la segunda guerra mundial, los militares más pragmáticos y » evolucionados» sostenían que el rey de los mares debía ser el portaaviones, y las marinas más poderosas ( americana, japonesa e inglesa) así lo entendían.

    No obstante, todavía había una parte importante de estrategas que pensaban que un gran acorazado, convenientemente protegido, podría llegar al núcleo de la flota enemiga y destruirla con sus grandes cañones. Los cañones de los otros y la aviación no supondrían problema por la gran protección del barco y su tamaño, que los harían insumergibles.

    Esa fue la idea de barcos como los japoneses de la clase Yamato, o los alemanes de la clase Bismark, y ese concepto de batalla es el que llevó a los japoneses a utilizar al Yamato en la misión suicida que comentas en la entrada, en la batalla de Leyte ( numerosos cebos distraerían a los portaaviones de la flota americana y así los acorazados japoneses se podrían acercar a la flota enemiga y hundira a cañonazos) o en la misión igualmente suicida del bismar, sólo con una escolta frete a toda la flota británica.
    Todos estos intentos fracasaron. Después de la II guerra mundial ya no se construyeron más acorazados, y si portaaviones cada vez más grandes y con capacidad para más aviones.

    Por cierto, la película Tora Tora, que trata de Pearl harbour, comienza con todo este plenteamiento.

    Un saludo

    Mario

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